Planificar tu día de trabajo mejora tu productividad.
A medida que las empresas se globalizan y la mano de obra se vuelve virtual, cada vez somos más los que nos encontramos trabajando desde casa. Por un lado, esto es motivo de celebración— ¡ya no más viajes diarios entre el hogar y el trabajo, cubículos ni cafés tibios! Pero cuando trabajas desde casa, la responsabilidad es toda tuya. Nadie controla tu horario de entrada o salida y tampoco revisa constantemente tu trabajo. Necesitas organizarte y automotivarte. El trabajo desde casa puede parecer muy distendido, pero según los estudios, quienes trabajan en esa modalidad pueden ser más productivos que las personas que trabajan en una oficina.
Para todos aquellos que prefieran tener la oficina en casa, aquí les compartimos algunas sugerencias para mantener la productividad y la cordura a lo largo de toda la semana.
1. Consigue una habitación.
Si tienes posibilidad de hacerlo, ubica tu escritorio en un lugar que no sea tu dormitorio. De esta forma evitarás que los cables del trabajo y del sueño se crucen en tu cabeza. Lo ideal es tener un espacio separado para dedicarle al trabajo, aunque un rincón de la casa o un amplio clóset también pueden servir.
2. Define una agenda.
Al trabajar desde casa es tentador dormir hasta tarde y después trabajar hasta la hora que sea, pero ese no es el camino de la productividad. A nuestro cerebro le gusta la regularidad, usa entonces el despertador para levantarte a la misma hora todos los días (preferiblemente temprano). Practica algún ejercicio o medita, y comienza el día con entusiasmo. Incluso antes de comenzar a trabajar podrías salir a dar la vuelta a la manzana, no solo por el ejercicio físico sino también como una manera de crear una “frontera” mental entre tu hogar y tu vida laboral.
3. Tiende tu cama.
Esta simple tarea puede guardar relación con la felicidad para comenzar tu día con el pie derecho. Pero mantener la casa en orden, y al menos algo organizada, es especialmente importante si vas a trabajar allí. Además un almirante escribió un libro entero sobre lo importante que es, por lo que tal vez deberías hacerlo.
4. Báñate, cepíllate los dientes y vístete.
5. Mantén tu escritorio en orden.
Si no mantienes organizado el espacio de tu escritorio, las cosas del trabajo comenzarán a mezclarse con las cosas de tu casa y viceversa. No querrás que tu casa se vea como la oficina de la serie de televisión The Office, pero si lo necesitas, invierte en un pequeño mueble archivador. Todos los meses, revisa los viejos papeles y recicla o archiva lo que ya no necesitas. No querrás que te presenten en la próxima temporada de Acumuladores compulsivos: edición oficina.
6. Resiste la tentación de hacer las tareas domésticas.
La acumulación ocasional de ropa para lavar no te matará, pero puedes llegar a postergar todo un día de trabajo quitando el polvo de la casa o reparando la regadera. No necesitas un manitas, pero probablemente necesites un trabajo nuevo.
7. Toma pausas.
Las investigaciones muestran que somos más productivos en rachas de creatividad de 90 minutos, con breves interrupciones para relajarnos o hacer ejercicios. Tu propio reloj biológico puede funcionar de manera distinta, pero lo mejor de estar en casa es poder levantarte, estirarte, caminar un poco—incluso dormir una siesta, si es necesario. Si decides dormir un poco, asegúrate de no pasar más de 20 minutos más o menos (configura la alarma en tu teléfono o despertador).
8. Organiza encuentros sociales para después del trabajo.
Trabajar en casa presenta grandes beneficios, pero seamos realistas—se siente un poco de soledad. Si decides seguir las redes sociales, programa esa actividad para un momento determinado de tu día, por ejemplo, “10 am: 5 min. Pausa en Facebook.” De lo contrario te perderás en un inmenso espiral succionador de tiempo y productividad. Si haces planes para cenar con amigos o para el fin de semana, puedes concentrarte mejor en tu trabajo, sabiendo que ya tendrás la oportunidad de socializar en ese otro momento.
9. Aprovecha la oportunidad de no estar en una oficina.
Tienes que estar en tu feliz espacio todo el día, entonces aprovéchalo al máximo. Sin compañeros de trabajo que puedan criticar tus gustos musicales, tienes la libertad de elegir tus melodías de fondo preferidas mientras trabajas. Como (probablemente) tengas toda una cocina de trabajo completa a mano, ahorra dinero y come de forma más saludable preparando ensaladas rápidas y sándwiches o tortas en lugar de salir a almorzar. Y si bien te decimos que te vistas—puedes seguir usando lo que quieras—y eso supera a la ropa “informal de oficina” todos los días.
Emily Wise Miller es editora de contenidos web para Live Happy.