Salud y bienestar al alcance de tus manos.
Cuando Nayab Saiyed se mudó de Vermont a Plano, Texas en 2015, no conocía a ni una sola persona en el estado. El experto en desarrollo de software (38 años) y su esposa estaban haciendo un reconocimiento del lugar en busca de posibles viviendas y escuelas adecuadas, cuando de pronto Nayab se quedó contemplando algo que le trajo recuerdos de su infancia en la India: un lanzador y un bateador jugando entre árboles.
Esta escena familiar se desarrollaba en un campo de críquet prolijamente cuidado en el parque Russell Creek, el único parque público de los Estados Unidos con siete campos dedicados al deporte. Increíblemente, Nayab, un fan de toda la vida, encontró ese lugar. “Vimos a esa gente jugando críquet y me quedé, literalmente, fascinado,” recuerda. “Dios mío, para alguien como yo… esto es el paraíso.”
A partir de ese momento, ya no le importó dónde viviría con su familia, siempre que su casa estuviera cerca de ese parque. Ha pasado algo más de un año y casi todos los fines de semana juega críquet en ese parque con un grupo de hombres que conoció y que estaban en la misma situación: expatriados de diversos países del sudeste asiático que buscaban algo que les recordara su origen.
“Se siente fraternal. Vamos a cenar o almorzar después de cada partido. Tenemos la tradición de ir a un restaurante en grupo,” dice Nayab. “Festejamos los triunfos y las buenas actuaciones. Alentamos a la gente.”
Para Nayab y sus amigos este tipo de actividad no es sólo un cambio de juego en sus vidas personales, sino también algo bueno para el bienestar de la comunidad. Un estudio colaborativo reciente, que utiliza información recopilada de fuentes como el Índice de Bienestar de Gallup-Healthways y el Fondo de Fideicomiso para Tierras Públicas, señala que la buena conservación de los parques públicos y espacios verdes en las zonas urbanas de los EE.UU. tiene múltiples beneficios para la economía, el medio ambiente y también para la salud y la felicidad de sus residentes.
La importancia de la ecología
Como seres humanos, casi toda nuestra historia ha transcurrido al aire libre, por lo que quedarnos confinados en edificios y casas resulta casi antinatural. Debido a la expansión [urbana], cada metro cuadrado densamente poblado ha absorbido la mayor parte de los espacios verdes. Los estudios revelan las consecuencias negativas cuando no tenemos acceso a parques, arboledas, senderos naturales y cursos de agua. Eso sólo puede allanarle el camino a la mala salud, la pobreza e incluso, a la delincuencia.
Los investigadores científicos Viniece Jennings, Ph.D., con representantes del Servicio Forestal de los Estados Unidos y el doctor Lincoln R. Larson, profesor adjunto del Departamento de Parques, Recreación y Administración Turística de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, están trabajando arduamente para demostrar porqué los parques públicos y los espacios verdes son tan importantes para la salud mental y física de cada persona como para el bienestar de las comunidades circundantes.
“Recién—en la última década—comenzamos realmente a entender qué significa para nuestro bienestar físico y psicológico estar en contacto con los espacios verdes,” dice Lincoln. “Necesitamos avanzar aún más y comprender la función que estos espacios cumplen en cuanto a la satisfacción y cohesión social, en la promoción del capital social y en el hecho de poder conocer mejor a tus vecinos en estos espacios seguros. Necesitamos pensar en el bienestar de una manera más holística, y en cuanto a los parques y espacios verdes, en particular, las zonas urbanas, siendo el centro de ese bienestar, descubrir también cómo sería ese futuro sustentable y saludable.”
Sin espacios verdes podemos comenzar a desarrollar lo que el periodista, autor y defensor de la naturaleza Richard Louv acuñó con el nombre de “trastorno por déficit de naturaleza” para referirse a la pérdida de conexión con el mundo al aire libre, especialmente, entre los jóvenes. Si bien no se trata de un diagnóstico clínico, el concepto de Louv plantea a las claras el interrogante de lo que puede ocurrir cuando nos aislamos del entorno natural, con tecnologías emergentes y modernas urbanizaciones que nos mantienen casi todo el tiempo entre cuatro paredes bajo techo.
“El espacio es de suma importancia para nuestra salud e interés por la vida,” dice Viniece. “No es una simple combinación de lo que comemos o de nuestra genética, también depende de dónde vivimos, dónde trabajamos y dónde jugamos. Las opciones que nos ofrece nuestro entorno nos permiten tener estilos de vida más activos y miradas de la vida más positivas.”
Los múltiples estudios realizados en conjunto por Lincoln y Viniece muestran que, a diferencia de la ejercitación en espacios cerrados, hacer ejercicio al aire libre se relaciona estrechamente con la salud mental positiva. Sin lugares para que la gente se mantenga activa, aumentan los estilos de vida sedentarios junto con las consecuencias negativas en su salud cardiovascular. Desde el punto de vista social, en los barrios que tienen más parques existe mayor interacción entre los residentes, que contribuye a que tengan una mayor satisfacción con la vida y vínculos más fuertes.
“Los parques pueden ayudar realmente al bienestar de la comunidad,” dice Viniece. “Y eso es una parte importante de las ciudades habitables, que puede influir en las decisiones de la gente a la hora de planificar una mudanza.”
“Cuando se quita el verde de las ciudades, también se pierden los lugares destinados a la interacción social y ese tipo de compromiso y participación que es un aspecto tan esencial de la humanidad,” añade Lincoln. “Cuando no tienes esos espacios, es complicado replicarlos en otros entornos.”
Lincoln señala además que los parques y espacios verdes locales han demostrado ser grandes centros económicos y polos culturales con el beneficio adicional de la sostenibilidad ambiental. Un ejemplo de ello es su reciente evaluación de El sendero 606 en Chicago, una antigua línea de trenes convertida en un sendero de 5 kilómetros lineales para caminar y andar en bicicleta. Desde su inauguración hace casi dos años, Lincoln dice que su investigación muestra que los valores de las propiedades han crecido y los índices de delincuencia han disminuido en los barrios más próximos al sendero.
Tanto los senderos como los espacios verdes “generan corredores de conectividad entre los barrios, las casas y los lugares de trabajo, y esto a su vez facilita el transporte sostenible, que reduce la carga ambiental provocada por los gases de escape de los vehículos y los gases de efecto invernadero,” dice Lincoln. “Esto también redunda en poblaciones más felices porque disfrutan desplazarse diariamente entre dos lugares.”
Ciudad de parques
Minnesota tal vez sea el estado de los 10,000 lagos, pero la joya más preciada es el sistema de parques de Minneápolis, el mejor de todo el país durante varios años seguidos, según el Fondo de Fideicomiso para Tierras Públicas. Jayne Miller, superintendente de la Junta de Parques y Recreación de Minneapolis desde 2010, asegura que el sistema de parques tiene una larga y rica historia. Creada por la legislatura en 1883 y ratificada posteriormente por los votantes, la Junta de Parques ha estado funcionando de forma independiente de la ciudad y ha administrado el sistema de parques durante 134 años.
“En realidad somos una ciudad construida alrededor del sistema de parques,” explica Jayne. Hoy el 95 por ciento de la población tiene acceso al parque o a los espacios verdes a unos 10 minutos de caminata, y puede trasladarse por todo el sistema de senderos de la ciudad sin ver un solo auto. “Cuando se le pregunta a la gente por qué vive en Minneapolis, lo primero que destaca son los parques,” asegura Jayne. “Debido al sistema de parques, tenemos esta calidad de vida.”
La gerente de proyectos Tammy Severe (55 años), concuerda. Ella dice que la gente no tiene que ir muy lejos para encontrar un parque o un sendero. En su auto lleva un par de tenis, una silla de jardín y una manta para cuando tiene ganas de relajarse un rato.
“Además de la bella naturaleza, muchos de estos parques tienen una gran vida social: ferias, festivales, reuniones familiares,” dice. “Definitivamente es el corazón de Minneapolis.”
Tammy se ha relacionado con distintos grupos a través de Meetup.com, entre otros, el grupo Outdoor and Snow Lovers, que se reúne todas las semanas para caminar por la zona de los lagos, recorrer los lugares históricos de la ciudad o simplemente pasear por el vivero después de trabajar.
“Todos están ahí por una razón en común y hay todo tipo de gente,” afirma. “Es un grupo social incorporado.” Los parques también ayudan a los residentes a mantener estilos de vida más activos, tan esenciales para el bienestar. Runner’s World declaró a Minneapolis la séptima “Mejor ciudad para correr” [Best Running City] y según el Índice de Fitness Estadounidense elaborado por el Colegio Estadounidense de Medicina del Deporte, esta ciudad es la segunda “en mejor estado físico” [Fittest City].
“Trabajé en varias comunidades con buenos sistemas de parques y una arraigada tradición en cuanto a parques y áreas de esparcimiento se refiere, pero ninguna mejor que la ciudad de Minneapolis,” dice Jayne. “La gente los tiene, los valora y los usa todo el año. Saben lo que significa contribuir a su alta calidad de vida en este lugar.”
Y los respaldan con sus impuestos cuando aprueban campañas de financiación, fomentan la sensibilización ciudadana a través de comisiones de asesoramiento y cuando convencen al municipio que deben asignar fondos adicionales para atender las necesidades de mantenimiento y conservación de los parques. En los próximos 20 años, eso alcanzará aproximadamente $250 millones de dólares en recursos adicionales. “En materia de inversiones no tomamos decisiones sin analizarlas junto con las comunidades y los vecinos,” dice Jayne.
Con la plena participación de los residentes, Jayne y el resto de la junta tienen la libertad de mantener un sistema de parques totalmente funcional en toda la ciudad, incluso en zonas de espacios verdes donde es más difícil acceder.
“Tener estos lugares donde ir, fácilmente accesibles para salir y mantenerse en actividad, estar con amigos, socializar, hacer lo que sea que te brinde la fortaleza respecto de quién eres como individuo, también fortalece a toda la comunidad,” dice Jayne. “En las zonas urbanas donde las divisiones socioeconómicas son más marcadas, asegurar que todos tengan acceso a ese espacio, tomen un sendero y caminen o anden en bicicleta, se sienten en un banco o coman al aire libre, es fundamental para la salud y el bienestar de la gente.”
Las razones a favor del espacio verde
No todas las grandes urbes de Estados Unidos pueden permitirse los lujos que tienen lugares como Minneapolis, los organismos de parques con administraciones independientes, o Plano con una base tributaria emergente y una economía en crecimiento. La ciudad de Indianápolis, [capital] del estado de Indiana, ocupa uno de los últimos lugares de la lista 2016 del Fondo de Fideicomiso para Tierras Públicas, situándose en el 95º lugar entre las principales 100 ciudades de Estados Unidos. Si bien Indianápolis cuenta con 4400 hectáreas de parque en comparación con las 2025 hectáreas que tiene Minneápolis, eso representa sólo 5.1% de la superficie total de la ciudad y apenas 32% de su población puede acceder a ellas.
Según el Fondo de Fideicomiso, Indianápolis gasta unos $26 por persona en sus parques. Si se compara esa cifra con Minneápolis, que gasta $223, o con Plano, que gasta aproximadamente $120, es evidente que no dispone de grandes recursos. Indianápolis es parte de un gobierno de la ciudad o del condado, en el que los recursos se dividen entre múltiples ciudades y municipios. Encontrar fondos es difícil, pero la directora de Indy Parks, Linda Broadfoot, no cuestiona la necesidad de contar con un sistema de parques saludable y dinámico, que ayude a impulsar la economía local y a mantener una buena salud y bienestar dentro de la ciudad.
“Más que en el número nos centramos en cómo estar al servicio de la comunidad,” dice Linda, y añade que Indy Parks administra más de 125 parques infantiles, 217 kilómetros de sendas, 155 campos de deportes y 210 parques además de dar alimento a más de 400000 niños con hambre anualmente. Buena parte de su tarea es lograr que la gente entienda el valor de los parques y la razón por la que los espacios verdes son tan buenos no sólo para la salud y la felicidad del individuo, también para el desarrollo económico y la calidad de vida de la ciudad.
“Lo que debí aprender es que no es algo tan evidente para todo el mundo,” explica Linda. “Se puede demostrar que [estar cerca de un parque] es bueno para los valores inmobiliarios. Hay algo intrínsecamente bueno en cuanto a poder estar cerca de estos lugares.”
Los parques tienen que ver con la planificación urbana
No hay la menor duda de que quienes trabajan y dirigen las agencias de parques y áreas de esparcimiento urbano tienen el compromiso común de mejorar la calidad de vida en sus respectivas comunidades.
Con la urbanización de los años 80, cuando Plano aún era un pequeño barrio residencial en pleno crecimiento, en cada kilómetro cuadrado se construyeron vecindarios alrededor de las escuelas con un parque en el centro. Se necesitaron muchos departamentos y grupos distintos, incluyendo el trabajo participativo del sector público, pero fue importante aprovechar al máximo los espacios abiertos de la ciudad y asegurarse de que los niños estuvieran cerca de las escuelas y los parques.
Renee Jordan, directora de planificación urbana de Plano, indica que los parques de un barrio son diseñados para que estén a corta distancia a pie. “Estos espacios son importantes para la gente que vive en grandes centros urbanos y suburbanos,” dice. “Todos necesitan sentirse frescos y renovados.”
Renee también dice que es importante que los urbanistas anticipen las necesidades cambiantes de la población. Por ejemplo, en los años 70 y 80 cuando se estaba desarrollando el plan maestro de la ciudad de Plano, nadie anticipó la necesidad de tener campos de críquet. La directora dice que Plano se encuentra en plena adaptación para asegurarse de que cada quien tenga su pequeño espacio en el lugar, incluyendo todos los materiales y elementos para recibir a los niños con necesidades especiales.
Satisfacer la evolución demográfica y los intereses cambiantes puede implicar la instalación de más campos de fútbol y críquet, o el agregado de canchas para jugar deportes distintos, por ejemplo, el pickleball [una mezcla entre el bádminton, el tenis y el ping pong] que atrae principalmente a los jubilados, o las pistas de patinaje, tan populares entre los jóvenes.
Los parques y senderos urbanos pueden ser inicialmente costosos, pero según una reseña reciente publicada en la revista American Journal of Health Promotion, son la manera más rentable de aumentar la actividad física y la salud en las zonas densamente pobladas.
Para Nayab, es mucho más que un simple ejercicio: también es donde encuentra felicidad. Justo un año después de haber iniciado su club de críquet, Nayab y sus nuevos amigos son los actuales campeones de la Liga de Críquet de Dallas, y todo comenzó con un parque público en el barrio.
“Todos los muchachos de mi grupo de Meetup eran como yo, al principio no sabíamos por dónde empezar,” dice. “Encontramos un hogar—con antecedentes y experiencias similares, nos llevamos bien—y todo el sudeste asiático está representado en nuestro grupo. Ha sido una gran experiencia.”
Chris Libby es Editor de Sección para la revista Live Happy. Su último artículo especial fue Encuentra tu lado gracioso.