Tener una imagen saludable y feliz sólo depende de ti.
Mi noción de mi cuerpo ha dejado de ser increíblemente sombría y totalmente letal para pasar a ser un lugar de aceptación y amor propio. De niña fui obesa. Durante mi adolescencia pude contrarrestar esa tendencia pero desarrollé anorexia nerviosa. (Luché contra esa enfermedad durante cinco años y por momentos, el trastorno casi logró vencerme.)
La idea de que la autoestima y la aceptación podían surgir del interior de uno mismo era una noción totalmente ajena a mí. Y en cambio, por entonces todo era fuente de decepción y enorme daño ya que no solo llegué a privarme de alimentos y nutrientes sino que también dejé de darme bondad, compasión y cuidado personal. Durante mi recuperación conseguí erradicar las falsas ideas tóxicas sobre la imagen corporal que había estado absorbiendo durante toda mi vida hasta ese momento. Hoy, gracias a toda esa experiencia e información adquirida con tanto esfuerzo, lo único que deseo es poder compartir lo que aprendí.
Estos son los siete pasos para aceptarse y sentir amor por uno mismo que conozco con total seguridad:
1. Olvida la idea de que tienes que agradarle a todos y que todo el mundo tiene que aceptarte.
¡Sencillamente porque eso no sucederá! Nunca podremos complacer a todos y cuando nos enredamos en las opiniones de los demás para definir lo que valemos, estamos librando una batalla perdida. Concéntrate en agradarte y aceptarte a ti misma y notarás que los demás también lo harán.
2. Haz las paces con lo que hay en tu plato.
Muchas veces le asignamos una gran carga emocional a nuestras comidas usando nombres como “mala comida” o “alimentos tramposos.” Ni bien comenzamos a asociar un determinado alimento con una emoción negativa es muy difícil estar cerca de ese alimento y que no nos pase nada. Porque a partir de allí quedamos atrapados en un ciclo de temor o culpa o vergüenza en torno al alimento que, por contrapartida, perpetúa el círculo de una imagen corporal negativa.
3. Acepta la forma de tu cuerpo.
Nuestros cuerpos son maravillosamente diversos pero desafortunadamente, cuando vemos en los medios tantos cuerpos digitalmente distorsionados y alterados, solemos perder de vista que las diferentes personas tienen proporciones diferentes. El amor propio surge cuando aceptamos la forma de nuestro cuerpo y colaboramos con ella, en lugar de luchar contra ella. Jamás compares tu cuerpo con el de la niña de la revista… es más, ¡esa imagen ni siquiera se parece a la de la niña de la revista! Mejor preocúpate por aceptar las diferencias de los cuerpos que es precisamente lo que los hace únicos y maravillosos.
4. Muévete con un sentido de amor y diversión.
Cuando consideras que el ejercicio físico es un castigo te resultará mucho más difícil encontrar la motivación para mantener tu cuerpo en movimiento. En cambio encuentra algún ejercicio que te haga sentir viva y que te divierta. Puedes intentar por ejemplo algo como Zumba con mucha música, algo como el yoga para ejercitar la plena atención o alguna actividad social como practicar ciclismo en grupo. Mueve tu cuerpo porque es reconfortante y porque además ¡a todos los cuerpos les encanta moverse!
5. Deja de intentar ser perfecta.
Muchas mujeres se obsesionan con la idea de liberarse de sus estrías, celulitis, arrugas e imperfecciones. Pero tener imperfecciones es una característica natural del ser humano, y cuando puedes ver que todas esas pequeñas cosas extrañas, simples peculiaridades de tu cuerpo no te quitan mérito, y por el contrario, son una parte increíble de la historia de tu propia persona, inmediatamente deja de tener sentido el seguir desembolsando dinero en procedimientos para “corregir” tu cuerpo.
6. Olvida la balanza.
No permitas que un numerito te intimide. Cómo te sientes es mucho más importante que cuánto pesas. Instintivamente te das cuenta cuando no te encuentras con buena salud. Cuando te sientes bien, con vitalidad y cómoda contigo misma, eso es sentirse saludable.
7. Acalla esa crítica que hay en tu interior.
¿Conoces esa desagradable voz interior que te dice que no eres lo suficientemente buena, inteligente o bonita? Esa voz miente. Y desafortunadamente, cuanto más la escuches, más alto te hablará, y te ensordecerá, tanto que apenas podrás escuchar las cosas positivas de tu vida ante tanta estridencia negativa. La buena noticia es que la crítica que vive en tu interior se puede domar. Con práctica, haciendo terapia cognitivo conductual o utilizando otros métodos podrás entrenar tu cerebro para que aprenda a contrarrestar lo negativo con una voz interior más activa y alegre.
Anastasia Amour es activista de la imagen corporal y vive en Australia. Se dedica a brindar las herramientas que las mujeres necesitan para hacer las paces con sus cuerpos.
Su primer libro, Inside Out, está dirigido especialmente a las mujeres de todas las edades, formas y tallas. Encuentra a Anastasia en Facebook, Instagram y Twitter.