Written by : Margaret Greenberg

5 maneras de sobrevivir a un jefe microgestor

Trabajar para un microgestor puede ser exasperante. Aquí presentamos cinco consejos de expertos para evitar escollos y sobresalir a pesar de los desafíos de tener un jefe exigente.

5 maneras de sobrevivir a un jefe microgestor

Mantén el optimismo y tu carrera bajo control

Trabajar para un microgestor puede ser exasperante. Conoces esa gestión: la que espera que hagas tu trabajo a “su manera” o la que jamás da lugar a la creatividad. Lo que habitualmente sucede con esta clase de jefes es que los empleados dejan de tomar la iniciativa porque temen cometer un error.

¿Tu jefe te sabotea?

¿Y tú? ¿Estás intentando avanzar en tu profesión o negocio o te estás quedando atrás por intentar evitar errores? E. Tory Higgins, profesor de psicología de la Universidad de Columbia, y sus colegas han estado estudiando la diferencia en las estrategias de vida, a partir de dos enfoques: de la promoción (avance, crecimiento) y de la prevención (precaución, seguridad).

Un jefe microgestor puede hacer que los empleados sean reacios al riesgo o más lentos para responder y raramente alcancen el terreno de la creatividad, esperanza y oportunidad. Más de 30 años de investigación muestran una fuerte correlación entre cuánto control siente un empleado en el trabajo y su nivel de desempeño, esfuerzo, motivación y satisfacción. Las investigaciones también revelan que tener una mayor sensación de control sirve para amortiguar cualquier otra situación que agobie a la gente en el trabajo.

¿Qué puedes hacer con esto?

Si tu jefe microgestor está interfiriendo con tus metas profesionales y satisfacción laboral, y crees poco probable que esta situación cambie, considera cambiar de departamento en tu empresa o buscar un trabajo más gratificante en otra parte. Por el contrario, si amas casi todos los aspectos de tu trabajo y deseas intentar que funcione, considera estas cinco opciones a continuación, antes que la frustración te haga renunciar o decir algo que lamentes.

1. Sé tu propia maniaca controladora

Concéntrate en lo que está exclusivamente dentro de la esfera de tu control. Mira con detenimiento. Allí está. Puede estar en cómo organizas tus actividades diarias o cómo respondes el teléfono.

2. Concéntrate en el resultado

Al aceptar nuevas tareas, pregúntate, “¿Qué forma tendrá el éxito?” Si tienes claro el resultado entonces, cómo lo consigas dependerá de ti.

3. Sé proactiva

A los microgestores no le gustan las sorpresas. Aparece periódicamente para compartir tu progreso y entregar borradores.

4. Metas y roles

Mantén una conversación con tu jefe en reuniones habituales cara a cara. ¿Cuáles son las metas de un proyecto particular y qué rol le gustaría a tu jefe que asumas?

5. Sé específica

Los microgestores rara vez reconocen su microgestión (mentalidad de “sólo yo sé hacer bien las cosas”). Menciona una preocupación específica y una medida específica que estés pidiendo. Intenta esto: “En este nuevo proyecto podré trabajar mejor si acordamos los parámetros y entonces, trabajaré para lograrlos. Me gustaría dedicar mi mayor esfuerzo y si la necesito, pediré ayuda.”


Margaret H. Greenberg y Senia Maymin son consultoras para organizaciones, coaches ejecutivas y autoras de Profit from the Positive: Proven Leadership Strategies to Boost Productivity and Transform Your Business. Para encontrar más información de Senia y Margaret, visita ProfitFromThePositive.com o encuéntralas en Facebook

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