Las ciudades pueden ser caras y populosas, pero crecer en una metrópoli vibrante también tiene sus ventajas.
La sabiduría popular dice que para criar niños felices necesitas una casa enorme con césped, cercas, patios, salas de juego y cuartos de servicios. También necesitas un vecindario tranquilo y un auto bonito y seguro para recorrerlo. En otras palabras, necesitas vivir en los suburbios.
O quizás, no. Un creciente número de familias ha comenzado a elegir las zonas urbanas densamente pobladas, los centros urbanos, para la crianza de sus hijos en lugar de replegarse en los suburbios. “En 2011, por primera vez en casi un siglo, la tasa de crecimiento demográfico en zonas urbanas fue mayor que en las zonas suburbanas, revirtiendo así la tendencia que se había mantenido estable por décadas tras la invención del automóvil,” escribía Leigh Gallagher, autora del libro The End of the Suburbs: Where the American Dream Is Moving, en su artículo de 2013 para la revista Time.
El Arq. Vishaan Chakrabarti, profesor asociado de Columbia y autor del libro Un país de ciudades: manifiesto para una América urbana, también escribe en una editorial del The New York Times en 2014, "En el pasado muchos jóvenes veinteañeros se mudaban a las urbes y al llegar a los treinta volvían a mudarse a las zonas suburbanas, donde las escuelas eran buenas, la tasa de delito era baja y los servicios públicos para las familias eran óptimos. Sin embargo, esos factores también están cambiando en las ciudades. La tasa de delito ha permanecido baja, mientras que las escuelas públicas y los parques han ido mejorando en muchos lugares."
Pero eso no es todo lo que la vida urbana tiene para ofrecer. Estas son otras seis razones por las que la gente prefiere asentarse en zonas urbanas:
1. Cultura al alcance de la mano
Si resides en un gran centro urbano tienes más posibilidades de acceder a espacios culturales, como orquestas sinfónicas, ópera y ballet, museos, salas de cine y monumentos históricos. Amy Graff de San Francisco, madre de tres niños de 11, 9 y 1 año, dice que lamentó siempre no tener un patio cuando sus hijos eran más pequeños pero, a medida que fueron creciendo, agradeció tener la ciudad entera de "patio", incluyendo todos los parques y museos.” Graff dice, “Todo está a nuestro alcance, a solo un viaje en autobús de distancia.”
2. Menos tiempo de viaje en auto
Hasta el padre más feliz que vive en una zona residencial, en general, no disfruta las horas que pasa al volante llevando a los niños a la escuela, al campamento o a clases. En las ciudades, los padres comienzan a dejar que sus hijos usen el transporte público a partir de los 11 o 12 años, especialmente si viajan con amigos. No solo los padres pueden tomarse un respiro sino que también los niños sienten mayor independencia y confianza en sí mismos.
3. Ciudadanos del mundo
La gente de todo el mundo vive y trabaja en las ciudades. Los hijos logran conocer gente de las más diversas procedencias y vivencias, lo que despierta la compasión y la tolerancia. “Los niños en la ciudad se hallan expuestos a muchos tipos de personas diferentes,” dice Graff, la mamá de San Francisco. Tanto es así que, al regresar a casa su hija un día le pidió algas marinas deshidratadas para el almuerzo, porque las había probado en el lunch de su compañera de escuela.
4. Algunas lecciones importantes
Es terrible tener que explicarle a un niño por qué ese hombre que vive en la calle duerme en el suelo. Pero así como hay oportunidades para aprender y crecer, también existen oportunidades para hacer trabajos voluntarios y ofrecer ayuda auténtica, como ser voluntario en los bancos de alimentos o en los albergues para personas sin vivienda. “Tengo una amiga que creció en un acomodado barrio residencial,” dice Katie Sunstrom, abogada de Houston y madre de dos niños de 4 y 8 años. “¡Ella dice que nunca supo que había gente pobre hasta que ingresó al Cuerpo de Paz! Ver todo tipo de gente profundiza en los niños el entendimiento del mundo y el lugar que ellos ocupan en él. Nuestra tarea es enseñarles a dar y recibir.”
5. Menos traslados diarios de ida y vuelta
Las familias que viven y trabajan en una ciudad invierten menos tiempo para ir y volver al trabajo. Eso significa tener más tiempo para jugar, para hacer las tareas escolares o simplemente para estar con los niños. Sabrina Garibian, madre de dos niños de 2 años y 1 año y medio en pleno centro de Filadelfia, dice que su esposo se traslada diariamente al trabajo caminando una milla de distancia. “Yo uso el auto solamente una vez a la semana para ir al mercado,” dice Garibian. “A la veterinaria podemos llegar caminando y también nuestro pediatra está a corta distancia.”
6. Excelente gastronomía y otros servicios
¿Puedes encontrar café o helado artesanal elaborado con nitrógeno líquido en la zona comercial de tu barrio? Sí, de acuerdo, no todos los centros urbanos tienen la variedad abrumadora de comidas y bebidas que hay en San Francisco, Chicago o Brooklyn pero en general, las opciones en cualquier ciudad son mejores y más diversas de las que se encuentran en los barrios. El fácil acceso a estas exquisiteces y a una interesante variedad de comercios y tiendas es otra buena razón para elegir la ciudad.
¿Estás criando a tus hijos en la ciudad? Cuéntanos tus experiencias y qué te hace feliz del lugar donde vives.
