Avanzar o retroceder, esa es la cuestión.
Parte del desarrollo adolescente implica ganar independencia, elegir bien y aprender las aptitudes necesarias para avanzar con éxito a la adultez. Como terapeuta y madre de dos hijos mayores, he vivido personal y profesionalmente el dilema de no saber si intervenir o no cuando un joven tiene problemas.
Como padres tenemos el enorme desafío de encontrar el equilibrio justo entre intervenir o mantenernos alejados. Desde el punto de vista psicológico es muy importante dejar que nuestros hijos tengan la autonomía de cometer sus propios errores. Eso les permitirá mejorar su autoestima y la capacidad de enfrentar el mundo además de aumentar sus facultades para asumir retos más difíciles en el futuro. No obstante, un enfoque demasiado liberal o no intervencionista puede hacer que el adolescente se sienta perdido, desatendido e incluso, en situaciones que podrían resultar perjudiciales para su bienestar emocional o físico.
Los padres muchas veces necesitan transformarse en detectives, que reúnen información y se enteran de lo que está ocurriendo en la vida de sus hijos para poder decidir mejor cuando actuar en caso necesario, y de ser así, en qué medida. Estas son algunas pautas que te ayudarán a decidir cuándo y cuánto intervenir, si fuera necesario.
1. Conoce a tu hijo/a adolescente
Dedica un momento para evaluar sinceramente la clase de adolescente que tienes. ¿Se deja influenciar o convencer con facilidad? ¿Vive situaciones de descuido o peligrosas? ¿Es una persona atrevida, de correr riesgos? ¿Es alguien que no piensa mucho las consecuencias de sus actos? Si has respondido afirmativamente alguna de estas preguntas entonces es importante que comiences a estar más al tanto de los acontecimientos y participes más en la vida de tu hijo/a. Invierte tiempo para conocer más detalles de sus actividades cotidianas. Busca estas posibles señales de advertencia, pero al mismo tiempo, enséñale más habilidades necesarias para la vida cotidiana que tal vez necesite y busca indicios de mejoría y crecimiento para que puedas desplazarte hacia lo positivo cuando interactúes.
2. Evalúa la relación con tu hijo/a adolescente
¿Tienen un vínculo cercano? ¿Se comunica habitualmente y comparte contigo detalles de su vida? ¿Tienes contacto con sus amistades y sientes saber cómo van las cosas? ¿O te das cuenta que estás excluida y desconoces lo que está pasando? Cuanto más abierta sea la relación con tu hijo/a, más fácil te resultará evaluar tu deber de participar e intervenir. Cuanto menos sepas, más tendrás que preocuparte… por eso, mantente al corriente. Este es un tema en el que el equilibrio es fundamental: Si te comportas de manera demasiado indiscreta o entrometida, tu adolescente se puede volver más hermético, pero si actúas de manera demasiado desprevenida podrías perderte cuestiones importantes.
3. Conoce el entorno de tu hijo/a adolescente
¿En qué actividades participa? ¿A qué personas frecuenta habitualmente? ¿Conoces a sus amigos? Si tu hijo/a adolescente se encuentra en situaciones que encierran potenciales peligros emocionales, sociales, económicos o físicos sería importante que aumentes tu grado de participación. (Muchas veces los padres vemos potenciales peligros donde nuestros hijos no los ven: es parte de nuestro trabajo.) La presencia emocional o física de los padres o de un adulto confiable puede ser un firme método de disuasión ante conductas arriesgadas, además de brindar sensación de apoyo.
4. Analiza tu propio bienestar emocional
Aunque tengamos más edad, más sabiduría y más experiencia que nuestros hijos, el sufrimiento emocional nos hace vulnerables y puede afectar nuestras decisiones en cuanto a si debemos intervenir o no, o cuándo, en la vida de nuestros hijos. Mira hacia adentro de ti para ver si tu propia niñez difícil, o simplemente, algo negativo por lo que estés pasando en este momento, podrían afectar tu intervención (o tu intervención excesiva o tu falta de intervención) en la vida de tus hijos y fíjate si es preciso hacer correcciones.
Stacy Kaiser es psicoterapeuta, autora, experta en relaciones humanas y una personalidad mediática. Es autora del libro más vendido How to Be a Grown Up: The Ten Secret Skills Everyone Needs to Know y colaboradora de contenido para Live Happy. Stacy es invitada frecuente en programas de televisión como Today y Good Morning America.