Aunque el mundo parezca derrumbarse no significa que debas derrumbarte con él.
Si recientemente has visto las noticias, sin duda, pareciera que los prejuicios, los homicidios, el terrorismo y los desastres (naturales o políticos) están a la orden del día.
Mantener la tranquilidad y el optimismo puede llegar a ser un importante desafío cuando las noticias presentan continuamente una imagen negativa tras otra, seguidas del comentario de una cantidad siempre cambiante de personas muy enojadas.
Como médica clínica e investigadora especialista en trastornos de ansiedad les puedo decir que la esperanza existe incluso en tiempos tan difíciles como éstos. No deben permitir que los terribles acontecimientos del mundo les generen una preocupación crónica, siguiendo estas sugerencias basadas en evidencias científicas.
1. Adopta una actitud optimista
Las investigaciones han demostrado que la actitud es mucho más importante que las circunstancias. Lo importante es buscar la alegría de vivir, aún en tiempos difíciles o inciertos. El optimismo es esa actitud que afirma “los buenos tiempos están por venir,” y “mis esfuerzos sirven para algo.” También es tener la convicción de que el bien triunfa sobre el mal y que el amor prevalece.
Aunque todo esto pueda parecer una obviedad, las investigaciones demuestran que la gente un poco más optimista goza de la ventaja de tener salud mental. Toda situación tiene un lado negativo y otro positivo. Les presento el reto de intentar tomar el lado positivo y la próxima vez que lean o escuchen malas noticias vayan en busca del lado bueno, en lugar de imaginar el peor de los casos.
2. Actúa según ese optimismo
Ve más allá e imagina lo que puedes hacer para mejorar una situación y actúa en consecuencia para resolver ese problema. Por sí solos no podemos terminar con el terrorismo ni con el drama del hambre en el mundo, pero podemos donar a entidades benéficas que aborden cuestiones nacionales o mundiales, emitir nuestro voto en una elección, organizar una junta en el vecindario para estimular el espíritu comunitario y de solidaridad u ofrecer voluntariamente nuestro tiempo a una causa que sirva para aliviar el sufrimiento o generar un cambio social.
El actuar te recordará que no eres una víctima impotente inmersa en un mundo trágico, sino alguien que vive como agente de cambio y busca construir un futuro mejor. Gandhi lo resumió a la perfección: “Sé el cambio que deseas ver.”
3. Ve en busca de la esperanza
Los humanos estamos estructurados para procesar primero la información relacionada con el miedo (y también agrandarla). Es por eso que a los medios y a las redes sociales les resulta tan fácil vender noticias centradas en la tragedia, el desastre y la miseria humana. Para contrarrestar esta tendencia puedes buscar noticias que te sirvan para apreciar la capacidad de grandeza y compasión de las personas.
- No sigas precipitadamente a los medios. Busca noticias e historias que celebren o promuevan la compasión, la gratitud y el buen humor. Suscríbete para recibir noticias y blogs que se dedican a transmitir las buenas cosas que suceden en el mundo y compártelas.
- Despierta el optimismo y contagia el buen humor en otros haciendo preguntas como “¿Qué fue lo más gracioso que te pasó esta semana?” o “¿Qué fue lo mejor que te pasó hoy?”
- Dedica un momento cada día para anotar al menos tres cosas que agradeces y que hayan ocurrido en las últimas 24 horas. Se ha comprobado que, si lo haces regularmente, esa costumbre ayuda a aliviar la depresión. Tomarse el tiempo para agradecer resulta particularmente efectivo cuando recibes noticias trágicas porque te recuerda lo bueno y valioso de tu vida.
- Participa activamente en tu entorno religioso o espiritual. Las investigaciones muestran que al participar habitualmente en una comunidad religiosa tienes la ventaja de recibir alivio espiritual y respaldo comunitario. Las prácticas espirituales además mejoran tu capacidad de descubrir el significado en la tragedia y la conmoción, y de sentirte parte de la raza humana, lo que nos hace más resilientes frente a la adversidad.
4. Cultiva la compasión
La compasión te permite anular la angustia provocada por los acontecimientos negativos del mundo, mejorar las emociones positivas, aumentar la impresión favorable del otro y mejorar tu capacidad para controlar el estrés.
La compasión todo lo puede: no la desperdicies.
Aprende a ser amable contigo y con los demás, incluso con quienes estés en total desacuerdo.
La mejor manera de aprender a ser compasiva es meditar detenidamente en el amor incondicional y realizar actos de compasión con los que procures aplicar la regla de oro: “trata a los demás como quieres que te traten.”
La compasión también significa ser amable aunque el otro sea fastidioso, no te trate bien o malinterprete tus buenas intenciones. La compasión sirve para ver el mundo como tu oportunidad de expresar amor y no como un lugar perjudicial para ti y tus seres queridos.
5. Acepta la incertidumbre viviendo el presente
El único tiempo que de verdad tienes para vivir es el presente. La preocupación y la angustia solo intentarán desviarte a sentir como si tu destino fuera un futuro aterrador. Si quieres evitar la preocupación aceptando la incertidumbre, entonces necesitas aprender a desacelerar tu ritmo, tomar aire y aceptar la realidad del presente sin juzgar.
Por ejemplo, mientras manejas escuchas un podcast sobre un ataque terrorista y entonces, aflojas mentalmente tu ritmo para sentir la calidez de los rayos del sol en tu cara, el sonido del tráfico afuera de tu carro, esa sensación de solidez del volante, el aroma de tu latte y la opresión en tu pecho al escuchar las noticias.
Ese simple hecho te hace pasar de las tinieblas de tu preocupación a la realidad del presente. Te sirve para vivir más plena y conscientemente en lugar de preocuparte con inquietud. Puedes entrenarte para darte cuenta de que, aunque la noticia sea mala, existen muchas cosas maravillosas que ocurren en tu entorno inmediato a la espera de que las descubras y disfrutes. La conciencia plena te sirve para cultivar una calma curiosidad ante la realidad del presente, en lugar de sentirte desbordada y reaccionar con inquietud por la información estremecedora que escuchas.
Por último, recuerda esta verdad: nuestro planeta ya ha sobrevivido terribles desastres naturales o provocados por el hombre. La verdadera belleza del ser humano es su capacidad de perdonar, amar y perseverar, pese al desastre. Las personas resilientes y alegres son las que aceptan la incertidumbre eligiendo vivir el presente con esperanza y compasión por todos.
La Dra. Karen Cassiday es presidente de la Asociación Estadounidense de la Ansiedad y la Depresión, experta en el tratamiento de la ansiedad. Encuentra más información de Karen aquí.