Written by : Kim Baker

Sin preocupaciones

Únete a Kim Baker, Directora de arte de Live Happy, en su esfuerzo por ganar la guerra contra las preocupaciones como parte de nuestra serie “90 días para ser más feliz.”

Kim Baker: Sin preocupaciones

Como parte de la serie especial de Live Happy 90 días para ser más feliz, hemos reunido insuperables consejos de expertos de todo el país sobre cómo podemos cambiar hábitos y vivir mejor en 2016. A continuación presentamos la primera parte de la serie actual del blog de Kim Baker en su intento por vencer la ansiedad con la ayuda de su coach, la Dra. Karen Cassiday.


Fuertes latidos del corazón, sudoración en las palmas de las manos, respiración entrecortada, tensión en los hombros… Sentirse así no es nada divertido. En realidad ya no es usual que me sienta así, afortunadamente, pero la ansiedad aún está presente en mi vida. Es por eso que voluntariamente acepté poner lo mejor de mí y ser parte del proyecto de Live Happy “90 días para ser más feliz”.

He trabajado anteriormente en mi preocupación, pero si puedo encontrar un poco más de diversión y aprender a respirar y relajarme a través de los vaivenes de la vida trabajando con una profesional como la Dra. Karen Cassiday, ¡entonces celebro hacer esto!

No me voy a preocupar toda la vida

Años atrás me di cuenta que me estaba preocupando demasiado sobre ciertos aspectos de mi vida. Realmente quiero vivir más en el presente y ordenar mi mente acelerada. La canción “The Remedy” de Jason Mraz me ha conmovido verdaderamente e intento mantenerla como mantra: “Yo no me voy a preocupar toda la vida…”

Lo irónico del caso es que soy una persona bastante despreocupada y la mayor parte del tiempo me río de las cosas, pero también soy muy sensible. Una simple decisión o dolencia que para la mayoría de la gente no sería gran cosa, para mí podría ser una preocupación que consume mucho tiempo. Algo abrumador y frustrante.

Cualquiera sea la razón de mi ansiedad, no culpo a nadie (mi pasado, mi familia) ni intento encontrar excusas por ella. Simplemente sé que no me gusta y quiero minimizarla tanto como pueda. Practicar yoga, respiración profunda, ejercicios físicos y pasar tiempo haciendo lo que disfruto (por ejemplo, ir de compras) contribuye a mantenerme del lado más tranquilo de la vida. Pero siempre estoy abierta a aprender e incorporar nuevas maneras y herramientas para ayudar aún más.

¿Para qué sirve preocuparse?

Allí ingresa mi coach: la Dra. Karen Cassiday, presidente de la Anxiety and Depression Association of America (Asociación Estadounidense de la Ansiedad y la Depresión) y Directora del Centro para el Tratamiento de la Ansiedad del área metropolitana de Chicago. Aprendí muchísimo en nuestras primeras conversaciones: nos preocupamos porque somos intolerantes a la incertidumbre.

Como seres humanos es natural y necesario ser previsores para poder tener proyectos de vida. Pero la preocupación incesante sobre las cosas que no podemos controlar no es saludable y desata nuestro mecanismo de “lucha o huída”. Estancarse en ese modo de “régimen mínimo”, como lo llama Karen, me ha mantenido en un estado continuo de conexión y agotamiento. Mi coach también me explicó que buscar tranquilidad o consuelo para mi preocupación en realidad solo contribuye a mantener ese estado. Entonces pensé que buscar en Google los síntomas de una enfermedad estaba realmente ayudándome cuando en realidad, ¡solo perpetuaba mi preocupación!

Enfrentando la ansiedad valientemente

Ahora llega la parte complicada: hacer que yo misma utilice las herramientas que Karen me ha dado para trabajar en mi preocupación y que explica en su propio blog. Descargué la aplicación SAM y compré el libro Women Who Worry Too Much (Las mujeres que se preocupan demasiado). En cuanto a “Dejar de buscar consuelo”… digamos que aún estoy trabajando en eso, ¡pero al menos estoy decidida!

Desde nuestro primer encuentro hemos hablado una vez más y trabajamos en algunos ejercicios de “exposición a la preocupación”, que es exactamente lo que he estado tratando de no hacer. Siempre he evitado la preocupación o la actividad que induce a la ansiedad, en lugar de intentar liberarme de ella. Eso es un reto para mí porque me genera sentimientos de ansiedad. Para erradicarlos, en definitiva, esto debería ayudar. En mi opinión, bien vale la pena.

Después de todo, ¿para qué sirve preocuparse?


Kim Baker es Directora de arte de Live Happy.

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