Entrena tu mente para conectar con los demás.
Al parecer últimamente todos cantan las alabanzas de la meditación y sus propiedades mágicas. Desde acólitos acérrimos, como el director de cine David Lynch, hasta personajes de actualidad, como el comediante británico Russell Brand o el corresponsal del ABC Dan Harris, le dan crédito a la meditación por haberlos ayudado a recuperarse de la adicción, la depresión y la ansiedad.
De la marginación a la cultura de masas
Muchos sabemos que meditar es una manera de eliminar el estrés y alcanzar una sensación de paz interior. Lo que alguna vez fue solo dominio de buscadores de la costa occidental e imitadores baratos de gurúes hoy ya es casi omnipresente y tan aceptado en la cultura de masas como el yoga. De hecho, es probable que algunas personas hayan tenido su primer viso de meditación en la clase de yoga o incluso, en una sesión de terapia.
Existen distintas clases de meditación y proceden de varias prácticas religiosas orientales. En Occidente, la más conocida probablemente sea la MT o meditación trascendental, procedente de la tradición hindú. Se hizo muy popular en los años 60 cuando el gurú espiritual Maharishi Mahesh Yogi transmitió esta enseñanza a Los Beatles. Vipassana y Zen también son prácticas muy conocidas de meditación procedentes de la tradición budista.
La benevolencia como forma de meditación
Una práctica posiblemente menos conocida, pero cada vez más popular, es la meditación en la compasión. Surge del concepto budista de la “benevolencia” o mettā. Cuando se medita en la compasión el objetivo es generar una sensación de empatía y conexión con quienes nos rodean. Esto se puede hacer por cuenta propia, usando una serie de pensamientos, sentimientos y visualizaciones o con la ayuda de la meditación guiada, como las grabaciones de audio. (Muchas grabaciones se encuentran disponibles como apps, podcasts y MP3s. Hemos incluido una más abajo como ejemplo.)
Estudios académicos
Existe un creciente interés por la meditación en la compasión, no solo como una forma de aumentar la compasión sino también como una herramienta relativamente simple y accesible para mejorar el bienestar general. En 2013, en un estudio de la Universidad de Wisconsin, Madison, se concluyó que “cultivar la compasión y la bondad mediante la meditación afecta determinadas zonas del cerebro, que puede hacer que una persona sea más empática con los estados mentales de los demás.”
En la Universidad de Emory, Atlanta, la Alianza Emory-Tíbet ofrece un programa de ocho semanas titulado “Cognitively-Based Compassion Training” (Formación de la compasión de base cognitiva.) Aunque sea laica, esta formación procede de la tradición de la meditación tibetana (al igual que la terapia cognitivo conductual) y su objetivo es “desarrollar la atención y la estabilidad de la mente,” junto con otros posibles beneficios.
En un estudio realizado recientemente, el Stanford Center for Compassion and Altruism Research and Education indicó que la práctica regular de la meditación en la compasión ejerce una influencia significativa en el sentido de compasión de las personas tanto por los demás como por sí mismas, con el consiguiente aumento de la empatía y la atención plena. Al mismo tiempo, descubrieron también un progreso en la emoción positiva y en la satisfacción con la vida.
A diferencia de los medicamentos, esta práctica no tiene efectos adversos y a diferencia de la terapia, es gratis. Así pues, simplemente relájate y ¡comienza hoy!
Meditación en la compasión guiada
En Internet o en aplicaciones, encontrarás muchos ejemplos de prácticas de compasión y benevolencia como formas de meditación guiada. Intenta con varias y quédate con las que más te gusten.
Este es un enlace a diversas prácticas guiadas para la meditación en la compasión realizado por la doctora Kristin Neff, profesora de la Universidad de Texas, Austin y autora de Self-Compassion: The Proven Power of Being Kind to Yourself (Sé amable contigo mismo: el arte de la compasión hacia uno mismo.)