Written by : Shelley Levitt

¿Los alimentos fermentados pueden mejorar el estado de ánimo?

Según la ciencia de los “psicobióticos” consumir más alimentos fermentados y probióticos no solo aumenta la felicidad intestinal y mejora la digestión: también levanta el ánimo y reduce la ansiedad.

Mujer comiendo una gran cucharada de yogur.

La nueva ciencia de “psicobióticos” muestra que a mayor felicidad intestinal, más feliz eres.

Los científicos realizaron sorprendentes descubrimientos sobre lo que verdaderamente constituye una comida feliz y no tienen mucho que ver con la clásica hamburguesa con papas fritas que elegirías en el local de comidas rápidas.

En cambio, debemos pensar en kimchi, sauerkraut, yogur y tempeh: todos alimentos fermentados con una gran cantidad de bacterias saludables llamadas probióticas. Probablemente hayas escuchado la palabra y sepas también que esos microorganismos son muy beneficiosos para mantener el buen funcionamiento del sistema digestivo.

Desde el abdomen al cerebro

Actualmente los investigadores han comenzado a utilizar un nuevo término, psicobióticos, para describir el impacto de los probióticos en nuestra digestión y también en nuestro ánimo. En alentadores estudios realizados tanto en ratones como en humanos se ha demostrado que al mejorar la flora intestinal aumentan los neuroquímicos, como la dopamina y la serotonina, vinculados con la felicidad.

Este interesante campo comenzó allá por el 2011 cuando un equipo de investigadores del University College de Cork, Irlanda y de la McMaster University de Ontario, Canadá, demostró que los ratones más intranquilos que eran alimentados con caldo de alto contenido probiótico se volvían menos inquietos y más animosos. Al ser colocados dentro de un cilindro alto lleno de agua, los ratones alimentados con el caldo pasaban más tiempo nadando y menos tiempo flotando en un estado que los investigadores llamaron “de desesperación conductual.”

Dos años más tarde, un grupo de científicos de la UCLA se dispuso a evaluar si el cerebro humano también podía estar condicionado por las bacterias de la flora intestinal. En un estudio reducido, una docena de mujeres ingirió dos veces al día yogur con cultivos vivos durante cuatro semanas. Un grupo de referencia, también integrado por mujeres, no ingirió el yogur con alto contenido probiótico.

Relájate con yogur

Al finalizar el mes, en lugar de ser arrojadas al agua como los ratones, las mujeres fueron sometidas a exploraciones cerebrales usando resonancia magnética funcional mientras se encontraban en estado de reposo o haciendo alguna actividad, y vieron imágenes de rostros con emociones negativas, como temor y enojo. Esas digitalizaciones cerebrales revelaron importantes diferencias entre los dos grupos de mujeres en varias regiones del cerebro que participan en el procesamiento de los estímulos sensoriales y las emociones.

En resumen, las mujeres que consumieron yogur reaccionaron con más calma a los rostros enojados y temerosos, a diferencia de sus pares que no habían consumido yogur. “El contraste fue evidente,” dijo el director de investigación a los periodistas. “No fue lo que esperábamos: que comer yogur dos veces al día durante algunas semanas podía producir algo en el cerebro.”

Justin Sonnenburg y Erica Sonnenburg, marido y mujer microbiólogos de la Universidad de Stanford y coautores del exitoso libro The Good Gut: Taking Control of Your Weight, Your Mood, and Your Long-Term Health (El intestino feliz: cómo controlar el peso, el estado de ánimo y la salud a largo plazo) advierten que estas investigaciones psicobióticas son incipientes. Pero escriben, “no parece tan exagerado asumir que mejorar la salud general de la microflora (intestinal) podría tener un efecto positivo en el bienestar mental.”

Tónicos y elixires de nuestros días

Nada de esto parece sorprender a Chakra Earthsong Levy. Y es que Chakra comenzó a fermentar sus propios frijoles, semillas y queso siendo una adolescente, allá en los años setenta. “Mi madre tenía problemas crónicos de salud relacionados con sus intestinos,” recuerda Chakra, “y nuestra vida familiar transcurrió en torno a sus crisis. Yo quería hacer todo lo que estuviera a mi alcance para evitar eso.”

En 2010, después de largas décadas de trabajar como mentora en nutrición, Chakra decidió cofundar la compañía de bebidas fermentadas KeVita. Como empresa líder en su campo, hoy KeVita ofrece líneas de bebidas gaseosas probióticas, té de kombucha y tónicos probióticos de sidra de manzana.

Si bien Chakra es muy prudente a la hora de hacer declaraciones sobre sus bebidas, afirma “es lógico que el consumo de alimentos (que contienen microorganismos) vivos, como el yogur o la kombucha haga que la gente se sienta vigorizada y más alegre. Eso escucho todo el tiempo de mis amigos y clientes.”

Para lograr un bienestar microbiótico óptimo, Chakra sugiere recibir dosis diarias de estas beneficiosas bacterias. Estas son algunas maneras de incorporar más de estos microorganismos a tu dieta.

1. Adereza tus ensaladas con miso. Para preparar una vinagreta de dos ingredientes, mezcla simplemente miso [pasta de soja fermentada] con cualquier cítrico que tengas a mano. The Kitchn sugiere una proporción de dos cucharaditas de miso blanco, amarillo o rojo con dos o tres cucharadas de jugo fresco de naranja, limón o lima.

2. Conoce la nama shoyu. Usa esta salsa de soja no pasteurizada, con alto contenido en bacterias beneficiosas, para realzar el sabor de tus verduras al vapor o salteadas, quinoa, arroz o cuscús.

3. Escoge las conservas en vinagre correctas. Si no se encuentran refrigeradas no están fermentadas, por tanto, deja el tarro en ese estante del supermercado y ve hasta el sector de almacenamiento en frío. “Cualquier producto que contenga probióticos (vivos) también aprovecha la ventaja del envasado,” señala Chakra.

4. Adopta el yogur. Es la manera más sencilla de consumir una buena cantidad de probióticos. Disfrútalo con muesli o combinado en un licuado para el desayuno, con frutas de estación en un postre saludable o mezclado con pepinillo cortado en cubos y eneldo o menta picada para acompañar pollo o pescado.

5. Abandona el café de la tarde. Cambia tu latte de la tarde por kombucha, kefir o una bebida gaseosa probiótica.

6. Degusta alimentos con probióticos que no hayas probado. Tus mercados locales Whole Foods, Sprouts o cualquier otro que se especialice en alimentos saludables, ofrecen una amplia selección de tempeh, kimchi y sauerkraut. Las fuentes de alimentos fermentados que Chakra prefiere son Wildbrine (sus nueve sabores de col incluyen “coliflor al curry,” “remolachas y sus hojas,” “coles de Bruselas” y “remolacha y col morada”) y también Farmhouse Culture. En especial, sugieren disfrutar la col de jalapeño ahumado en una torta de queso grillado o en un burrito y la col de puerro y rábano picante con vegetales grillados o salmón ahumado.


Shelley Levitt es escritora independiente y vive al sur de California.

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