La fe y las relaciones de amistad fortalecen el sentido de conexión que está estrechamente ligado a la satisfacción personal.
Las personas que van a la iglesia logran mayores niveles de bienestar que las que no asisten, según una encuesta de Gallup; pero un estudio publicado en la revista American Sociological Review muestra que la felicidad tendría que ver con las relaciones de amistad que se mantienen dentro de las prácticas religiosas más que con la fe. Chaeyoon Lim, profesor de sociología de la Universidad de Wisconsin, Madison, explica que “los resultados confirman que en realidad no sería la asistencia a las iglesias ni los sermones ni la oración lo que hace a la gente más feliz, sino las amistades y las redes sociales íntimas que se tejen dentro de los grupos religiosos”.
Con amistades basadas en la fe las personas mantienen un profundo sentido de conexión y pertenencia que puede mejorar su sensación de bienestar. Cultiva las amistades que comparten tus creencias o congregaciones religiosas, iglesias o sinagogas, y tal vez termines sintiendo mayor satisfacción en tu vida. Recuerda:
Sé la persona que quisieras conocer.Si quieres una amiga, sé amiga. Tu sonrisa y tus comentarios amigables te pueden llevar fácilmente a hacer nuevas amistades en la iglesia. Saluda a la gente y preséntate a alguien nuevo todas las semanas. Contempla la posibilidad de asistir a tu lugar de culto a la misma hora todas las semanas para poder volver a ver muchas caras conocidas. El reconocimiento lleva a hacer nuevas amistades más fácilmente. Pídele a otra persona o familiar salir a compartir un desayuno o un café después de asistir al servicio religioso. Gretchen Rubin, reconocida autora de The Happiness Project afirma, “Irradia energía y buen humor. Gracias al fenómeno del ‘contagio emocional’, la gente suele captar las emociones de otras personas y prefiere quedarse con aquellas más optimistas y enérgicas”.
No asistas solamente a los servicios religiosos; participa también de las actividades que se organizan en tu congregación.Las personas que asisten a las funciones organizadas por sus comunidades religiosas tienen más posibilidades de compartir intereses y valores similares y están más abiertas a formar nuevas amistades. Los eventos que se realizan después de los servicios con frecuencia son más informales y más conducentes a forjar amistades.
Acércate a conocer a los líderes de tu iglesia o sinagoga.Si asistes a los servicios religiosos en una gran comunidad de fieles, al principio puede ser un poco intimidante intentar conocer a nuevas personas. Si eres nueva en tu iglesia o sinagoga, primero fíjate en sus líderes, porque son ellos los que buscan conocer a todos, y son los que te podrán presentar a otras personas.
Participa en tareas voluntarias. Ofrece preparar comidas para una función, repartir boletines o comunicados o darle la bienvenida a los recién llegados; a organizar un evento o ayudar a recaudar fondos; participa activamente en los estudios de religión, en grupos de jóvenes, en eventos deportivos u otros proyectos relacionados con tu religión o creencia. Mientras trabajas junto a otras personas, las amistades surgen naturalmente. “En lugar de intentar ver qué pueden hacer los demás por ti, comienza a buscar qué cosas puedes hacer por los demás”, señala Joel Osteen, pastor de Lakewood Church, cuyos sermones se transmiten a todo el mundo. “Crea depósitosde relaciones donde quiera que vayas. Elige dar más que recibir. Regala elogios libremente y busca hacer que cada persona que conozcas se sienta importante”.
La fe y las relaciones de amistad fortalecen el sentido de conexión que está estrechamente ligado a la satisfacción personal. Las amistades que comparten una relación religiosa de apoyo social con la que se puede contar brindan un gran sentimiento de seguridad y sentido de pertenencia. Cuando inviertes en los demás y construyes tu comunidad de amigos, también estás depositando en tu propio bienestar.
