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Prueba estos alimentos saludables para proteger tu sistema inmunológico y facilitar la digestión
Desde el kimchi picante a la burbujeante kombucha, las bebidas y alimentos fermentados ofrecen excelentes beneficios para la salud gracias a su enorme contenido de bacterias beneficiosas. Estos probióticos no solo ayudan a restablecer la flora saludable del sistema digestivo y mejorar la absorción de nutrientes, también pueden fortalecer la inmunidad.
Sin embargo, hay que conocer un truco: el calor intenso destruye las bacterias vivas beneficiosas que brindan efectos terapéuticos, por tanto es clave buscar productos sin pasteurizar. Lee esta reseña para enterarte de las novedades sobre los mejores alimentos fermentados para consumir desde ahora y estar camino al bienestar en un instante.
Chucrut
La opción alemana de col fermentada es un acompañamiento picoso para platillos fuertes de carne. Busca chucrut alemán “crudo” no pasteurizado en la sección refrigerada de tiendas naturistas. No solo aporta probióticos sino que también contiene una gran carga antioxidante; los naturalmente altos niveles de vitamina C en la col se absorben más fácilmente gracias a las enzimas producidas durante la fase de fermentación.
Preparar chucrut casero es tan simple como sumergir col picada en salmuera de 7 a 10 días, por lo que es uno de los alimentos fermentados más populares.
Kimchi
El kimchi es un platillo de col fermentada crujiente procedente de Corea, que debe su fuerte sabor a la combinación de pasta de chiles, ajo y salsa de pescado. El ancestral proceso de preparación tradicional del kimchi se remonta al siglo VII y su variedad también incluye, además de la col tradicional, otros vegetales como pepinos e incluso frutas, como la pera asiática. El kimchi es delicioso con arroz blanco o huevos revueltos y sirve para condimentar todo tipo de platillos, como burritos o carnes grilladas. (Al comprar kimchi, busca las etiquetas que digan “contiene cultivos vivos” o “naturalmente fermentado”).
Kombucha
Esta saludable bebida tiene una estimulante efervescencia agria, que para algunos resulta adictiva y para otros es un gusto adquirido, pero que sin duda contiene enzimas y aminoácidos saludables que ayudan a restaurar la salud intestinal. La bebida se elabora con té negro o verde, azúcar, a veces jugo de fruta y lo que se conoce como SCOBY. El acrónimo SCOBY, del inglés “Symbiotic Culture of Bacteria and Yeast”, significa colonia simbiótica de bacterias y levaduras y se refiere a la masa en forma de hongo (también llamada “madre”) que desencadena el proceso de fermentación. Los entusiastas pueden aprender fácilmente a preparar kombucha casera, aunque también se encuentra en tiendas.
Yogur
Este cremoso y delicioso producto es el probiótico más práctico y popular del mercado, y sí, todas sus variedades contienen cultivos de bacterias saludables, incluyendo el yogur griego. Pero para aprovechar sus beneficios al máximo, busca yogures con el sello LAC (cultivos activos vivos), que se da a productos que contienen al menos 100 millones de colonias por gramo al momento de la fabricación. Y siempre es bueno evitar las variedades elaboradas con jarabe de maíz de alta fructosa o saborizante artificial. Elige productos orgánicos cuando sea posible.
Kéfir
Muy popular en Rusia a principios del 1900, el kéfir se parece a un yogur bebible con pronunciadas notas de sabor ácido o agrio. El proceso de fermentación es el resultado de los “granos” de kéfir compuestos por levaduras y bacterias, que albergan muchos microorganismos benéficos, como los lactobacilos, y aportan una potente dosis probiótica. El kéfir a base de leche no es la única opción actualmente. Otra versión que comienza a llamar la atención es el “kéfir de agua”, que utiliza los mismos granos para elaborar una bebida ligeramente efervescente a partir de agua (o agua de coco) que se puede refinar con agregados de sabores de fruta u hojas de té.
Tempeh
El tempeh es un sustituto de la carne y tiene sabor a nuez; elaborado tradicionalmente de la fermentación de porotos enteros de soja, actualmente se puede encontrar mezclado con granos, porotos y otros vegetales. Aunque a veces se confunde con el tofu, el tempeh tiene una textura que presenta cierta resistencia al masticar y un mayor contenido de probióticos, proteínas, fibras y vitaminas que su primo de soja más suave y sin fermentar. Aunque el tempeh debe ser cocinado, y los cultivos vivos presentes en su exterior no sobrevivirán las altas temperaturas, el interior del tempeh debería retener sus enzimas beneficiosas.
Miso
Consumida en China desde siglo III a.d.C., miso es una pasta tradicional elaborada mediante la fermentación de granos de soja y es muy rica en aminoácidos y probióticos. No obstante, renuncia a la sopa “instantánea” de miso en polvo si quieres disfrutar los beneficios que la pasta de soja fermentada o miso ofrece a la salud. Por el contrario, busca la pasta de miso que se vende refrigerada. Intenta consumirla como sopa o aprovechar la versatilidad de la pasta para preparar salsas y aderezos para ensaladas. En función de su tiempo de elaboración, el sabor y el color de la pasta miso puede variar: la amarilla es suave mientras que la roja tiene un sabor más fuerte.
Kate Chynoweth es escritora independiente y vive en Berkeley, California.
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