La fórmula mágica para sentirnos más saludables, más felices y más realizados: un fuerte abrazo.
Se podría decir que un abrazo es como un apretón de manos dado desde el corazón. La simple acción de abrazar genera buena energía tanto para el que da como para el que recibe el abrazo. La ciencia lleva tiempo investigando sus efectos positivos y gran cantidad de estudios relacionados con la acción de abrazar, acurrucar y acariciar han llegado a la misma conclusión: el abrazo es una parte fundamental del desarrollo humano.
1. Abrazar es bueno para tu corazón
El abrazo activa la hormona oxitocina, que genera una agradable sensación de calidez e imprecisión. En un experimento realizado en la Universidad de Carolina del Norte, los participantes que no tuvieron contacto alguno con sus parejas presentaron un incremento de su frecuencia cardiaca de 10 latidos por minuto, a diferencia de los cinco latidos por minuto de quienes tuvieron la oportunidad de abrazar a sus parejas durante el experimento. (La frecuencia cardiaca más lenta en estado de reposo es más saludable y representa a la persona que se encuentra más relajada y tranquila.)
2. Abrazar es un reductor natural de estrés
Si te sientes algo agotada o presionada, ve en busca de esa persona que te importa y envuélvela en un abrazo. Las investigaciones han demostrado que abrazar reduce la cantidad de cortisol (hormona del estrés) en nuestro organismo, liberando la tensión y enviando mensajes de calma al cerebro.
3. Abrazar estimula el desarrollo de bebés y niños
La caricia es esencial para los bebés, especialmente en las primeras etapas de la vida ya que los ayuda a vincularse con los demás a medida que van creciendo. Se realizó un estudio en el que se comparó a un grupo de niños adoptados que habían vivido sus primeros años en orfanatos rumanos y rusos donde nunca habían recibido contacto físico, y otros niños criados con el afecto familiar. La investigación reveló que los niños criados en los orfanatos sin muestras de afecto tenían niveles considerablemente menores de vasopresina, la hormona que participa en el reconocimiento y la unión familiar, en comparación con los niños del otro grupo.
4. Abrazar también es bueno para los adultos
Los abrazos y las caricias pueden combatir el sentimiento de soledad que aparece a medida que las personas envejecen. Un hogar de ancianos en Nueva York realizó un estudio mediante el cual se implementó un programa llamado ‘Embraceable You’ (Abrazable Tú). La idea era alentar el contacto y el acercamiento intergeneracional entre los residentes y los miembros del personal con el fin de mejorar el bienestar de los residentes.
Los resultados fueron concluyentes: los residentes que habían recibido caricias o abrazos de tres a más veces por día mostraron más energía, menos depresión, mejor capacidad de concentración y un sueño más reparador en comparación con sus compañeros que habían recibido menos abrazos.
5. Abrazar puede volverte más consciente
El maestro Zen Thich Nhat Hanh ha creado la técnica hugging meditation o ‘meditación de abrazos’, que se puede utilizar para llevar mayor conciencia, presencia y unidad a la vida de las personas. La meditación pretende conectar a las personas entre sí y con el momento presente haciendo hincapié en la atención plena y en el reconocimiento del amor y la gratitud.
6. Abrazar ayuda a minimizar los temores
Un estudio realizado por la Universidad VU de Ámsterdam investigó la relación entre el contacto humano y la disminución del temor a morir en algunas personas. Los investigadores descubrieron que los participantes tenían más probabilidades de sentir menos ansiedad a la muerte cuando recibían leves caricias o cuando se abrazaban a un objeto inanimado, como un oso de peluche.
Traducción: Pat Melgar