Tensos, cargados, agobiados por el peso. Todos podemos identificarnos con el sentimiento de quedarnos con enfado, enojo, indignación, resentimiento, de guardar rencores y cosas que no nos sirven.
Retener el perdón “es malo para nuestra salud y aumenta los riesgos de padecer problemas cardiovasculares, inmunológicos y otros, incluyendo depresión, ansiedad, indignación y trastornos por estrés postraumático,” dice Everett Worthington, profesor de psicología en Virginia Commonwealth University y destacado investigador sobre el perdón.
Una destreza muy difícil de aprender
La buena noticia es que el perdón es una destreza que se puede enseñar. “Las personas pueden aprender a perdonar mejor y la cantidad de perdón vivido se relaciona con el tiempo invertido en intentar perdonar,” agrega Everett, quien ha dedicado más de dos décadas a estudiar este concepto.
Recientemente, Everett descubrió que el vínculo de las parejas casadas progresaba cuando recibían capacitación en comunicación y resolución de conflictos, sin embargo, al cabo de un año alrededor de la mitad de ese progreso se perdía, mientras que quienes recibían capacitación en perdón y reconciliación hacían avances y los retenían un año después.
Dos clases de perdón
Mientras que el perdón puede sostener y fortalecer nuestros vínculos más preciados, en general, es más fácil decirlo que hacerlo. El modelo de perdón de Everett conocido con el nombre de REACH (por su acrónimo en inglés) ha sido creado para ayudar a la gente a perdonar. Representa dos tipos de perdón: el perdón “decisional” (es decir, de la decisión de actuar de manera diferente hacia el agresor en el futuro) y el perdón emocional (de la transformación a partir del resentimiento y la ansiedad hacia emociones positivas, como la compasión y la empatía). Mientras que el perdón decisional es más importante para restablecer los vínculos, el perdón emocional es vital para nuestra salud física y mental.
Los cinco pasos del modelo REACH:
R = Recordar: el daño del modo más objetivamente posible
E = Empatizar: para intentar ponerse en el lugar de tu ofensor
A = Altruismo: para darle al ofensor el regalo del perdón
C = Compromiso: para perdonar públicamente
H = Sujetarte (H por su sigla en inglés) de tu perdón o mantenerlo: para recordar haber tomado la decisión de perdonar
El perdón se vuelve personal
Everett no estudia simplemente el perdón: también lo ha vivido. Ha vivido de primera mano la experiencia de perdonar al otro y perdonarse después de dos vivencias trágicas: el asesinato de su madre y el suicidio de su hermano. Sorprendentemente, pudo perdonar al asesino de su madre pero la muerte de su hermano fue para él un verdadero reto a otra escala que impulsó el significado de su investigación. Hasta ese momento había realizado un par de estudios relacionados con el perdón a uno mismo, pero según admitió, no los consideró tan cruciales como estudiar el perdón al otro.
“Cuando mi hermano se suicidó, sentí culpa por no haber sido capaz de ayudarlo más… También pasé por la enorme experiencia emocional de autocondenación, que me ayudó a comprender más profundamente el sufrimiento que atraviesan las personas cuando pelean por perdonarse a sí mismas,” contó Everett.
La persona más difícil de perdonar
“Perdonarse no es simplemente sentirse mejor con uno mismo,” afirma Everett. “También debemos hacer cosas para recuperar el daño moral que podríamos habernos autoinfligido haciendo daño a los demás, debemos hacer cosas para reparar el daño causado socialmente y tenemos que ocuparnos de nuestra ofensa contra Dios, contra la naturaleza, contra otras personas o contra todo aquello que consideremos sagrado. Si nos centramos [solamente] en la reparación moral, nos quedamos con la culpa y la vergüenza por lo que hemos hecho. Si [simplemente] nos ocupamos del amor propio positivo, quedamos perdonados.”
El proceso es muy difícil pero abandonar el resentimiento y mantener el perdón, por uno mismo y por los demás, aligera nuestra carga y finalmente nos eleva a todos.
Suzann Pileggi Pawelski es colaboradora de edición y blogger habitual para Live Happy.
Para leer más sobre el perdón, busca el artículo de fondo “Perdona para prosperar” en la edición de diciembre 2015 de la revista Live Happy