Sean sociables o reservados, todos sienten el estímulo beneficioso de relacionarse con otras personas.
¿Eres de las personas que disfrutan de los cócteles de trabajo? ¿Platicas con personas extrañas en el autobus sólo por entretenimiento? ¿Conoces el nombre del barista de tu cafetería local? Si tu respuesta ha sido afirmativa en más de una pregunta, posiblemente seas una persona extrovertida.
Si prefieres pasar los sábados por la noche leyendo novelas en el sofá y no has participado de un encuentro en público desde aquella vez… en 1998, ¡felicitaciones, eres una persona introvertida!
Ser sociables nos hace sentir bien
Ya desde los años 60, al estudiar la personalidad y la felicidad los psicólogos han señalado que los extrovertidos indican sentir mayor felicidad. Como dice el licenciado Richard Lucas, que investiga la relación entre la extroversión y la felicidad en la Universidad estatal de Michigan, aparentemente los extrovertidos sienten emociones positivas más frecuentes que los introvertidos. Esto probablemente ocurra porque los extrovertidos tienden a hacer más cosas para aumentar el bienestar, se exponen a situaciones sociales o simplemente porque sus cerebros son esencialmente distintos.
¿Investigación deficiente?
Algunos críticos cuestionan la validez de esta investigación. El psicólogo Arnie Kozak, especialista en atención plena y autor del libro The Awakened Introvert [El despertar del introvertido], que se publicará en el curso de este año, cree que la batería de preguntas que formulan los investigadores han sido creadas por psicólogos occidentales que tienen ciertas sensibilidades.
“Aparentemente existe un prejuicio cultural: y es la idea de que para ser feliz hay que ser una persona activa y social,” dice Kozak. En su opinión, los estudios que vinculan la extroversión con la felicidad muchas veces describen la introversión con cierto tinte negativo, ignorando las impresiones positivas que los introvertidos tienen de sí mismos.
No obstante, estudios similares realizados en China y en América Latina aún reflejan cierta relación entre la extroversión y la felicidad (aunque de manera un poco menos evidente), lo cual respalda estas conclusiones.
“Las personas extrovertidas tienden a ser más felices que las introvertidas. La validez de ese efecto podrá depender de la cultura y de lo que el concepto de felicidad signifique, pero en resumidas cuentas, no deja de ser cierto,” concluye el licenciado John Zelenski, que investiga las relaciones entre la emoción y la cognición, en la Universidad de Carleton.
¿Cuál es la causa de esta diferencia?
Los científicos señalan que al menos en el contexto del laboratorio, cuando se les pidió a las personas introvertidas y extrovertidas que fueran más sociables, ambos grupos se sintieron más felices por un tiempo. Esto haría suponer que el aumento de felicidad de los extrovertidos surgiría de la gran cantidad de interacciones sociales que mantienen, respecto de los introvertidos.
Otros científicos analizan las diferencias fisiológicas en el sistema dopaminérgico, es decir, la parte del cerebro que controla el circuito de riesgo y recompensa. En principio, los extrovertidos podrían ser más sensibles a la dopamina y recibir mayores satisfacciones. Según Lucas, se trata de un campo de investigación incipiente y muy prometedor.
Acepta tu naturaleza introvertida
Aún cuando la relación extroversión-felicidad haya sido demostrada una y otra vez, los introvertidos no deben preocuparse. Como señala Susan Cain en su magnífico libro Quiet: The Power of Introverts in a World That Can't Stop Talking (Calma: el poder de los introvertidos en un mundo que no para de hablar) la introversión cuenta con muchos aspectos positivos. Aunque alguna vez se concibió a los introvertidos como seres tímidos, distantes e indiferentes, muchos especialistas hoy sostienen que estos seres gozan de excelentes habilidades de observación y máxima sensibilidad por su entorno, cualidades que suman un valor inigualable en el lugar de trabajo y en las relaciones personales.
Al igual que los extrovertidos, también son muybuenos en la actuación cuando quieren. En una de las investigaciones de Zelenski, las personas introvertidas han actuado de forma extrovertida con más facilidad que los propios extrovertidos cuando éstos tuvieron que actuar de introvertidos. Posiblemente eso se deba a que los introvertidos han pasado toda una vida teniendo que adaptarse al entorno más propiamente extrovertido.
Y es importante recordar que independientemente del espectro introvertido-extrovertido en que te encuentres, es posible que ya seas feliz. Zelenski dice que “casi todos son felices la mayor parte del tiempo… Hay muchos introvertidos felices dando vueltas por ahí.”
Traducción: Pat Melgar