Written by : By LiveHappy

Así se comporta tu cerebro cuando ríes

Los investigadores han descubierto que la risa genuina activa múltiples áreas del cerebro, y eso es bueno para mantener nuestra salud y felicidad por más tiempo.

Mujeres risandos

Cuando encuentras algo gracioso, todo tu cerebro reacciona a la broma.

“Ríe y el mundo reirá contigo”, dice el refrán. Y si bien la risa y la felicidad que ésta produce pueden ser realmente contagiosas, en parte, gracias a las neuronas espejo, que se activan cuando observamos a otras personas hacer determinada acción, el humor trae consigo una multiplicidad de beneficios sorprendentes, aún cuando estamos solos.

A medida que las investigaciones evalúan más detenidamente el tema del humor y sus consecuencias, se ha descubierto que la risa sincera o regocijo activa múltiples áreas del cerebro. A medida que se despliega la broma, el lóbulo frontal se pone en funcionamiento para procesar la información. Actúa como una especie de portero de distintos géneros, que sirve para determinar si vamos a “entender” o no la broma.

Si el lóbulo frontal encuentra algo potencialmente gracioso deja que las consecuencias del humor actúen y envía una onda eléctrica a través de la corteza cerebral. Desde allí, el resto del cuerpo responde con sorpresa, deleite y risa. Los resultados pueden variar desde una risa ahogada hasta una gran carcajada.

Y esa risa ahogada hace más por ti de lo que podrías imaginar. Según las investigaciones del doctor Carl Marci, profesor de psiquiatría de la facultad de Medicina de Harvard y director del centro de neurociencia social en el Programa de Investigación de Psicoterapia del Hospital General de Massachusetts, la risa y el humor son entre otras cosas, poderosos agentes para combatir los trastornos del estado de ánimo.

La risa puede desencadenar el circuito de recompensa emocional del cerebro, enviando enormes dosis de dopamina (responsable del bienestar) y serotonina (encargada de mejorar el estado de ánimo). Incluso puede aumentar la liberación de endorfinas, esas sustancias químicas que nuestro cerebro produce para aliviar el dolor en respuesta a determinadas situaciones, por ejemplo, durante el ejercicio, la alimentación y el sexo.

La risa como herramienta de superación

“El humor definitivamente incide de manera positiva o constructiva en nosotros desde un punto de vista psicológico,” señala Alex Borgella, estudiante de doctorado en psicología de la Universidad Tufts, cuya línea de investigación se centra en cómo, por qué y cuándo utilizamos el humor. “La risa es una de las primeras vocalizaciones que hacen los bebés a partir de los dos meses de edad. A partir de ese momento aprendemos qué nos resulta divertido, según nuestras experiencias, actitudes y amistades.”

Alex explica que los estudios sobre el humor y la salud mental muestran una correlación entre las puntuaciones más altas en la escala del sentido del humor y ciertos atributos, como tener una mayor autoestima, mejores estrategias para sobrellevar situaciones difíciles o mejores imágenes de nosotros mismos y de nuestro lugar en el mundo. Las personas con sentido del humor más desarrollado pueden verse mejor preparadas para afrontar situaciones críticas, incluso, en momentos de riesgo para la vida.

“Entre quienes trabajan en entornos con frecuentes eventos negativos o traumáticos, por ejemplo, médicos, enfermeras, policías, bomberos, que responden a servicios de emergencia, se suele decir que tener sentido del humor es fundamental para esas ocupaciones para evitar el agotamiento laboral,” dice Alex.

Desde luego, para que una broma funcione debe tener un remate, una frase graciosa final y es esa sorpresa la que muchas veces desencadena la respuesta cerebral a la broma cuando percibimos una manera nueva o distinta de interpretar la situación. La cuestión de si “entendimos” la broma y si nos resulta graciosa o no dependerá de muchos factores distintos.

Según Alex, “existen diferencias individuales en la manera de percibir los estímulos humorísticos debido a las diferencias individuales que existen en otros aspectos.” “Por ejemplo, alguien que ya tenga una opinión negativa sobre un grupo social determinado podría considerar graciosas las bromas que lo desacrediten mientras que podrían no serlo para los verdaderos integrantes de ese grupo social. Las diferencias individuales en la interpretación también son importantes en las diferencias con el humor; así pues, a un experto informático posiblemente las bromas sobre la complejidad de la programación en C++ le resulten mucho más divertidas que a mí.”

Matices negativos del sentido del humor

En cuanto al humor que se basa en el descrédito o menosprecio generalizado hacia un grupo en particular o a un conjunto social, las investigaciones indican que aún cuando se enmarque en una broma, la exposición reiterada al humor de esa naturaleza nos puede llevar a darle menos importancia a cuestiones sexuales o de odio racial.

“Sobre este tema, la mayoría de las investigaciones describe las consecuencias negativas de contar o escuchar bromas sobre grupos sociales estigmatizados. Por ejemplo, algunas investigaciones han demostrado que los hombres que se exponen al humor sexista son más propensos a apoyar las creencias sexistas, retener las donaciones de organizaciones de mujeres e incluso, a veces, tienen mayor reconocimiento de los mitos de la violación,” dice Alex.

“Estos efectos obviamente son negativos y creo que las investigaciones apoyan la idea de que deberíamos intentar mitigarlos.” Sin embargo, Alex agrega que “no todo humor de carácter negativo producirá un efecto negativo.” En realidad, “un poco de humor negativo podría brindarnos cierto alivio.”

Alex señala la investigación que indica volcar la negatividad hacia uno mismo y utilizar el humor autoridiculizante mientras, supongamos, damos una charla, para conseguir una mejor respuesta y mayor armonía por parte del público.

“El utilizar la comicidad autoridiculizante para iniciar tu plática encabeza casi cualquier lista [sobre cómo mejorar los discursos]

porque hace que el público se sienta más cómodo. Estos efectos son similares incluso en situaciones que participen sólo dos personas y en identidades muy diversas,” dice Alex.

Independientemente del tipo de humor que prefieras, Alex dice que es importante saber lo que nos aporta, tanto psicológica como físicamente. Y considera que probablemente lo estemos utilizando con más frecuencia de lo que creemos.

“Utilizamos el humor en los procesos de formación y preservación de nuestras relaciones, tanto esporádicas como íntimas. Utilizamos el humor, al menos en parte, para decidir qué programas televisivos mirar, qué productos comprar e incluso a qué candidatos darles nuestro apoyo.” “Conocer con todo detalle los factores desencadenantes de la risa podrá ayudarnos a entender todos estos temas un poco mejor.”


Paula Felps es editora científica para Live Happy.

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