Written by : By LiveHappy

4 maneras de atravesar con soltura las transiciones de la vida

Los cambios son parte de nuestras vidas. Tarde o temprano el fin de semana termina y llega el lunes. Nos casamos. El verano se convierte en otoño. ¿Es posible transitar el cambio con actitud resiliente sin dejar de ser felices? Nuestros expertos opinan.

4 maneras de atravesar con soltura las transiciones de la vida

Los cambios ocurren; prepárate con actitud resiliente.

Los cambios son parte de nuestras vidas. Tarde o temprano el fin de semana termina y llega el lunes. Nos casamos. El verano se convierte en otoño. Las vacaciones terminan y tenemos que regresar al trabajo. Nos anticipamos gustosamente a los acontecimientos importantes, como graduarnos en la universidad, conseguir un trabajo o comprar una casa nueva. Pero una vez que termina una experiencia, nuestro ánimo decae.

¿Es posible transitar el cambio con actitud resiliente sin dejar de ser felices? Nuestros expertos opinan:

1. La transición es una cuestión de perspectiva

“No existe la transición positiva o negativa; el cambio depende íntegramente de tu manera de pensar,” dice Michael Mantell, psicólogo de San Diego y autor de Don’t Sweat the Small Stuff: P.S. It’s All Small Stuff (No te ahogues en un vaso de agua: es solo un vaso de agua).

“Si no fuera por las transiciones, no nos moveríamos, no cambiaríamos, no tendríamos agilidad y tampoco enfrentaríamos nuevas oportunidades… Por eso nunca lamento tener que volver al trabajo. En cambio pienso, ‘Qué vacaciones fantásticas pude

tomarme gracias a este trabajo, y qué agradecido estoy por las vacaciones y por mi trabajo.’ “Si te aterra regresar al trabajo, te estás ‘predeterminando’ para la depresión y la ansiedad.”

Susan Fletcher, psicóloga de Dallas opina que aceptar los altibajos inevitables de la vida puede hacer que las transiciones sean más llevaderas. “Se pueden esperar vaivenes,” dice la autora de Working in the Smart Zone. “Eso no significa que los buenos tiempos sean siempre las vacaciones y que los malos tiempos sean todo lo demás. Aún de vacaciones podemos tener el mismo tipo de estrés que padecemos en la vida diaria.”

Según Susan, el secreto es saber qué es lo mejor para cada uno. “Yo necesito un día entero para desacelerarme antes de salir de vacaciones, por eso para aprovechar mis vacaciones al máximo nunca tomo un vuelo de las 6 a.m. porque después, cuando llego, no sirvo para nada.” Susan prefiere buscar los vuelos del mediodía y hacer que el viaje sea parte de la experiencia, como ir a almorzar con los niños, jugar a las cartas en el avión y prepararse para divertirse al llegar.

Lo mismo ocurre al final del viaje: Si lo necesitas, dedícate un día entero para descomprimir y lavar la ropa, comprar alimentos o consultar el correo electrónico, en lugar de regresar de vacaciones la noche anterior a volver al trabajo.

2. No te predetermines

Sé prudente a la hora de proyectar expectativas que resulten difíciles de satisfacer. Puedes disfrutar el momento, pero no podrás detener el tiempo. Si vas a visitar a tus padres o hermanos que viven lejos, prepárate para sentir tristeza al partir, dice Susan. “Y no hagas de cuenta que te sientes bien cuando no es así porque eso consume mucha energía.”

Para manejar el desánimo, en lugar de obsesionarte con la finalización de tu viaje, comienza a planificar tu próxima visita y mirar hacia adelante.

Según Susan, cuando piensas, “Estas serán las mejores vacaciones de toda mi vida,” estás determinando tu propia decepción de antemano. “Toma las cosas como vienen y sé tolerante. La felicidad se puede definir de maneras verdaderamente muy diferentes. Mucha gente se bloquea pensando que la felicidad es sinónimo de éxito pero, en ocasiones, la felicidad es simplemente estar juntos en el mismo viaje.”

3. Anticípate al cambio

Encuentra las maneras de aceptar y recibir el cambio. Michael sugiere buscar el lado bueno del otoño, la diversión de unificar un nuevo guardarropa, la belleza de las próximas festividades y lo bueno de comenzar un plan nuevo. Organízate y proyecta la decoración de tu hogar para el otoño, crea una nueva rutina de ejercicios o escribe una lista de agradecimientos por todo lo que has podido apreciar durante el verano.

Susan aconseja ser directa y deliberada. Por ejemplo, crea un espacio de trabajo que te haga feliz, con la música de fondo que más te guste o con flores recién cortadas sobre el escritorio. “Piensa en cosas muy especiales para ti que te ayuden a sentir que no todo es puro aburrimiento.”

4. Valora los contrastes de la vida

“Si estuviéramos siempre felices ni siquiera podríamos apreciarlo,” dice Connie Podestá, autora de Life Would Be Easy If It Weren’t for Other People (La vida sería fácil si no fuera por los demás). “La gente se acostumbra rápidamente a las cosas y después se duerme en sus laureles. Es absolutamente normal sentir tristeza cuando volvemos a trabajar [pero] eso no significa que tu trabajo te disgusta… Por supuesto que nos entristece regresar de las vacaciones.

De vacaciones podemos seguir durmiendo. Tenemos tiempo libre. No tenemos que hacer tareas, preocuparnos por cocinar ni pagar las cuentas. No tenemos que maniobrar cada uno de nuestros movimientos. Estamos en un lugar de ensueño. Es ese contraste que hace que las vacaciones sean tan increíblemente inolvidables. Pero sabemos bien que no podemos sostener esa euforia para siempre.”

Los contrastes nos hacen sentir más felices, afirma Connie. “Los humanos estamos hechos para cambiar: está en nuestro ADN. Ansiamos que llegue el verano pero luego nos cansamos del calor. Nos entusiasma la llegada del otoño, pero nos encanta la primera nevada. El océano siempre se ve magnífico el primer día de vacaciones. Las transiciones no aniquilan nuestra felicidad; la hacen mucho más significativa.”

Lee más en Cómo mejorar tu tiempo libre


Sandra Bienkowski es colaboradora habitual de Live Happy y fundadora y directora ejecutiva de TheMediaConcierge.net.

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